martes

IRREVERENTI


He empezado este año -mal, por cierto- más  dedicada a la edición fotográfica que otras veces. Me he propuesto constatar en qué medida una fotografía sube a los altares, o se convierte en un fiasco, en función del trabajo que se haga sobre ella.

Esta imagen de mi hijo, ya la había publicado antes....... de otra forma. Me gustaba por lo irreverente que es, por lo natural, porque sólo un niño de 6 años es capaz de comerse un bocadillo de nocilla sobre el altar de una ermita y quedarse tan fresco....Me gustaba porque envidiaba  la libertad con la que los niños hacen las cosas...

Ahora, tras esta pequeña vuelta de tuerca, he de decir que mi opinión sobre ella ha cambiado un tanto... porque ahora me gusta por.........

¿Por qué os gusta a vosotros, si os gusta? o en caso contrario......... ¿Por qué no?