En el espigón del puerto te dije adiós cuando el mar te alejó de mi lado. Me quedé sola y perdida.....indefensa y triste.
Pasaron los días, que pronto fueron meses, y luego años. Y de los barcos que atracaban frente a mi casa, descendían infinitas personas que no conocían tu nombre; y empecé a sospechar que quizá tampoco lo había conocido yo. Quizá fuiste sólo una necesidad creada por mi corazón vulnerable, y mantenida a base de lágrimas durante las largas tardes de invierno, junto a la ventana.
Y ahora que ya me había hecho amiga de mi soledad....... que ya me había acostumbrado a las noches de lluvia, arropada bajo el manto de la melancolía,
recuedas el lugar donde me dejaste....... y desde el que yo te dije adios...
Y yo ya no sé qué sentir, ni que pensar.....
