domingo

En mis manos?




































Al doblar la esquina, allí donde confluyen los caminos del pueblo y el callejón se estrecha, un brillo efímero me condujo hacia el lugar donde estabas.

Alcé la vista maravillado, esperando disfrutar con el  brillo refulgente del que me hablaba en silencio tu aparente cercanía: deslubrado, emocionado, feliz... Yo que no necesitaba oropel ni estelas...... me sentía atraído por la aparente simplicidad que te acercaba al presente, que te ponía a mi alcance y te mostraba accesible.

Y me acerqué más. Hasta tu lado mismo, donde pensé que mejor podías verme, y yo alcanzarte.......  y enseguida me di cuenta que , apenas podía rozarte con la punta de los dedos.

¡Parecías  tan próxima y estabas tan lejos! Y yo  seguía allí, mirando hacia arriba mientras pensaba en la forma de hacerte saber que una vez encontrada, tenía que llevarte conmigo.

Seguí bajo el árbol quieto, con la mirada hacia arriba, deseando intensamente que leyeras mi pensamiento y te acercaras a mis manos; pero permanecías igual de inmóvil, fría y orgullosa.

Y decidí esperar guarecido bajo tus ramas a que la luz de tus rayos volviese a iluminar la plaza, para saber donde ir.

....... Y aquí sigo.......