domingo
Intrusión aromática
Me gustó darme cuenta de que entre los olores más consolidados, junto a aquellos que ya formaban parte de la memoria olfativa general, por escasa que ésta fuera, había lugar para nuevas opciones. Me gustó saber que a fin de cuentas, un aroma es un aroma, independientemente del frasco en el que esté metido.
Porque, aún aceptando que la imagen del botamen completo era hermosa en si misma, y parecía consolidada e importante dentro de la colección general de aquel lugar, lo cierto era que para disfrutar de cada uno, debías destapar su campana y acercarte poco a poco, muy despacio hasta que aquellos efluvios encerrados en si mismos, iban encontrando el camino a tu nariz..... sólo entonces la interacción se volvía plena y podías valorar del todo la intensidad de un mundo desconocido que -mostrado conjuntamente- sólo estaba al alcance de unos pocos.
Así que, de esta forma, disfrutados uno a uno, resultaba evidente que todos eran agradables en sus diferencias, y compatibles en la estantería...... a fin de cuentas era una sensación perceptible sólo por el olfato.
Pero volví a mirar, y cuando enfoqué mi cámara hacia allí, para atrapar las sensaciones, entendí que aquella quimera aromática era sólo una percepción circunstancial que se perdía al volver a colocar cada uno en su lugar..... nunca podría llevarme una imagen de lo que había experimentado, de lo que había disfrutado, ni por supuesto de lo que había olido.
Y acepté que, pese a las circunstancias y los aparentes intentos de integración, a nivel visual aquella imagen estaba rota por un elemento que nunca llegaría a encajar del todo entre los demás, porque -aún aceptando que su aroma se integrase en el grupo- la composición general estaba rota, y la mirada general de reproche, iba inevitablemente dirigida hacia el mismo lado.
Pero disfruté de aquella tarde experimental y de aquellas mágicas sensaciones,
Tanto mejores -probablemente- por lo efímeras que fueron, y tanto mejor recordadas porque habrá de pasar mucho tiempo, antes de que pueda volver a Granada...