Los momentos ganados al tiempo palpitan en mi interior cuando te recuerdo. Forman parte de una imaginaria coreografía que me recuerda que aún estoy viva; y que a veces he perdido el miedo, he alejado de mi mente las dudas...
Descubrí que me gustaba escucharte, esperar tus palabras errantes, que llegan a mi a través de los ecos del viento, etéreas y ciertas. He aprendido a saborearlas mientras imagino que las entiendo, mientras me enredo en su significado y me pierdo en su sentido.
Porque, la emoción que transmiten las convierte en mías... y sólo por eso ya tengo derecho a interpretarlas a mi manera. Aunque sea inventada, aunque no se aproxime a la cierta...
Y así, en los momentos de desconcierto y apatía, cuando el frío hiela el atardecer y la soledad se hace tan patente......en un rincón cálido y mágico, envuelta en ellas....... estaré acurrucada yo.
Y sonreiré .
