viernes

Y ahora ¿qué?

























     













      Se han apagado las luces y en la calle ya no se oye la música que unas semanas antes inundaba la ciudad. Ya no paseamos cogidos de la mano, porque ahora vuelve a ser tiempo de vivir con prisas... ya no puedo recordar el olor de las garrapiñadas.

     Ahora que la navidad se ha terminado, y  volvemos a empezar la vida misma de todos los días; la realidad se nos muestra desnuda y empírica. Y nos preguntamos cómo es posible que alguna vez hayamos podido soñar nubes de algodón y cantos de sirena.

     No es fácil aceptar que ya se ha cerrado el telón de la ilusión festiva, ni sabemos dónde se esconde ahora la algarabía.......pero nos dicen que debemos afrontar las nuevas etapas del año como  nuevos retos, nuevos proyectos, nuevos comienzos. ¡Pero si  a mi me gustaba el ideal forjado sobre las luces blancas que adornaban la calle y me alegraban la noche......!

    Y ahora que todo eso ya no es más que otro recuerdo del ayer pienso cómo afrontar este regusto melancólico y amargo que me ha quedado en el corazón.

     Y me pregunto dónde irán mis sueños, ahora que todo se ha recogido y guardado en el desván. Ahora que ya no es navidad...